El acusado construyó la celda donde recluía a sus víctimas en el fondo de su vivienda, situada en la calle Los Naranjos al 4000, en el barrio Las Dalias, al norte de Mar del Plata. Allí, la Policía encontró una jaula de madera, chapas, ladrillo y rejas.
En el lugar, Oviedo tenía bolsas con materia fecal, jeringas usadas, bidones con nafta y comida para perros, que supuestamente le daba a su propio hijo, a quien también obligaba a ingerir combustible para que se durmiera.
Las imágenes del lugar del horror: