Llega el verano y ese color que tan amablemente nos acompañó durante todo el invierno se vuelve inaguantable. Nada nos queda bien y probarse un traje de baño con esa palidez es algo a lo que nadie se quiere someter.
Por eso, enloquecemos ante el mínimo rayo de sol y nos tiramos durante horas y horas esperando lograr un color más o menos aceptable.
Todo vale para salir de esa blancura deprimente y hasta las ideas más locas se vuelven coherentes con tal de lograr nuestro tan preciado objetivo.
Pero no hay que olvidar que así como el bronceado se ve fantástico, las arrugas que después aparecen no tanto.
Para que eso no suceda, les mostramos tips para obtener un bronceado perfecto de forma natural, sin dañar la piel.