
«El impacto de la pandemia en la industria turística es devastador. La paralización que comenzó el 11 de marzo significó para nuestro país la ruptura de un ciclo virtuoso. La Argentina terminó el 2019 como el 7º país de mayor crecimiento anual de turismo receptivo, con un incremento mayor al 9%, detrás de 6 países de Asia y África. Encabezamos ese ranking de actividad en el hemisferio occidental. El año pasado el sector movió U$15 mil millones; 15 millones de turistas, de los cuales 8 fueron extranjeros. 11 millones de personas hicieron turismo interno y de esta manera se generó un efecto multiplicador muy importante en toda la economía. Todo esto se debió a una política de estado integral para el sector, que impulsó diversas medidas, como un dólar competitivo, el reintegro del IVA al turismo extranjero, la participación en 133 ferias internacionales en las que 370 millones de personas vieron contenidos argentinos y la concreción de acuerdos de visado con 75 países. Pero sin duda uno de los factores más importantes de este crecimiento fue la revolución aerocomercial lograda mediante la desregulación aérea y la operación de las «low cost», que posibilitaron un aumento de la conectividad sin precedentes. Entre 2015 y 2019, comenzaron a operar 5 compañías aéreas nuevas que se sumaron a las que ya volaban. Todas agregaron rutas a sus servicios, lo que significó un crecimiento de 29% de la oferta de asientos equivalente a 2,1 millones de nuevas plazas. Hasta agosto de 2019, se habían cumplido 35 meses consecutivos de incremento en los vuelos de cabotaje. El tráfico doméstico creció 58% en los cuatros años y el internacional creció 25%. Entre enero y agosto de 2019, la cantidad de viajeros fue de 10,5 millones, un 16% más que el año 2018 en el mismo período y 63% contra el 2015. Las estimaciones indican que a fines del 2019 se superaron los 15,5 millones.
Fuimos el país de la región que más creció. Y más de la mitad de esos pasajeros fueron transportados por Aerolíneas Argentinas, por ello sostenemos que Aerolíneas acompañó esa revolución, creciendo de forma importante mientras reducía su déficit», manifestó el senador nacional.
El legislador continuó diciendo «frente a esa realidad, tenemos que ser conscientes que las medidas contempladas en este proyecto constituyen un paliativo. Lo que más se necesita es un mensaje claro y medidas inteligentes. Terminar con el enamoramiento de la cuarentena, que fue necesaria, pero ya deben ir poniéndose objetivos para el día después. El Hot Sale fue una noticia muy alentadora para el turismo como indicador de que el sector está demandado. Aerolíneas y Fly Bondi, vendieron una cantidad muy importante de boletos. Eso es fundamental, porque es pre-financiación para estos sectores y otros del turismo. Si se brinda mayor certidumbre, un mensaje claro respecto a una fecha cierta a para retomar las actividades, paulatinamente y con los cuidados necesarios, millones podrían anticipar pagos de paquetes y boletos, lo cual constituiría un pre financiamiento genuino».
Martínez concluyó manifestando: «No ayudan los mensajes de incertidumbre, como las declaraciones de Meoni afirmando que por 180 días no retornarán los vuelos, o su insistencia con el incomprensible cierre del Palomar. Tampoco ayudan los dichos de Gollán, afirmando que sin vacuna no habrá temporada turística en la costa. Mucho menos la adopción de medidas como poner en obras Aeroparque hasta el mes de diciembre. Ninguna de esas son señales que ayudan al sector. Una verdadera política de promoción, empieza con certidumbre, con medidas inteligentes y con reglas del juego claras y equitativas».
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