El FBI reveló que ya tenía identificado a Omar Saddiqui Mateen como presunto ejecutor de grupos extremistas religiosos y que lo interrogó en tres ocasiones, antes de que terminara cometiendo la masacre de Orlando en la que mató a 50 personas.
Sin embargo, a pesar de haberlo seguido e indagado durante 2013 y 2014, el FBI no encontró pruebas y no pudo detener al hombre de 29 años y ascendencia afgana, según alega el oficial de la organización de inteligencia Ronald Hooper.
«El contacto con grupos extremistas fue mínimo», había determinado el servicio estadounidense en aquella ocasión. Lo cierto es que el tirador llamó al 911 antes de iniciar la matanza y mencionó al Estado Islámico (ISIS).
Por su parte, a través de un comunicado, la agencia afín a ISIS, Aamaq, reivindicó el atentado en Orlando.
«El ataque armado perpetrado contra un club nocturno de homosexuales en la ciudad de Orlando en el estado estadounidense de Florida fue perpetrado por un combatiente del Estado Islámico», apuntó la agencia yihadista.