Con trabajadores. Mauricio Macri saluda a empleados de Cresta Roja, que ayer reincorporó a 150 personas.
Buenos Aires. El presidente Mauricio Macri anunció ayer el veto a la ley antidespidos tal como se preveía y anunciaba, y cosechó casi tantas adhesiones como rechazos mientras comienza a tomar fuerza la realización de un paro nacional antes de fin de mes.
«Hoy, en uso de esta facultad constitucional que tengo, voy a vetar la ley que para mí es antiempleo. Una ley contra los argentinos, una ley que demuestra que no confiamos en nuestro futuro», sostuvo el mandatario, quien así puso fin al anticipado rechazo del Poder Ejecutivo a la iniciativa sancionada por el Congreso en la madrugada del jueves.
Desde la planta avícola de Cresta Roja, ubicada en la localidad bonaerense de Esteban Echeverría, el jefe de Estado apuntó contra el kirchnerismo por impulsar la ley que prohibía los despidos por 180 días y establecía la doble indemnización: «¿Por qué la impulsan? Porque quieren ponernos palos en las ruedas, no quieren que progresemos, no quieren que tengamos estas nuevas oportunidades», denunció.
«Seguimos en un debate que lleva años, en el cual aquellos que nos gobernaron hasta hace poco, piensan que como modelo de nuestra economía, como modelo de nuestras vidas, tiene que haber un Estado que nos someta a todos. Porque ellos creen que los argentinos no podemos vivir en libertad», lanzó Macri, acompañado por la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
Enseguida criticó que el Frente para la Victoria proponga «leyes que congelan el empleo, cepos al trabajo, sin importarles todos aquellos que hoy trabajan en negro o los que no tienen trabajo, y sin importarles que esa ley va a traer más pobreza».
«¿Y por qué? Porque claramente aquellos que están en la pobreza son más fáciles de manipular, de someter, porque ellos tienen miedo a que podamos ejercer esa libertad», acusó.
El mandatario hizo referencia a los consejos que recibió: «Me dijeron: ‘Pero mirá, no te conviene, es demagógico, te vas a ahorrar esos bombos (en referencia a una manifestación de judiciales contra Vidal a metros del escenario), te conviene dejar que pase’. Y yo dije: ‘Yo no vine acá para hacer lo que a mí me conviene, yo vine acá para ayudar a que los argentinos tengan una mejor oportunidad».
Y agregó: «Quiero transmitirles la confianza y tranquilidad que tengo en el camino que hemos emprendido. Estoy seguro de que este camino es el que nos lleva a ese futuro que soñamos y que todos merecemos. Los problemas que heredamos no se resuelven de un día para el otro».
El escenario y el momento elegidos para hacer el anuncio lejos estuvo de ser casual: la planta avícola, que quebró en los últimos meses de la gestión de Cristina de Kirchner, celebró la reincorporación de otra tanda de los empleados que habían quedado sin trabajo por la crisis de la empresa.
«Quise volver acá porque esta es una demostración de cómo tenemos que trabajar. Cresta Roja fue otra de las cosas rotas que nos dejó el gobierno saliente: una empresa que estaba quebrada, había abandonado su tarea. Y no sacamos una ley arbitraria, no impusimos un decreto», concluyó.
Para Vidal, la única solución es el diálogo
La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal afirmó ayer que el verdadero camino para preservar el trabajo es el diálogo y abogó para que los distintos sectores sociales del país «se encuentren en las diferencias y podamos avanzar hacia un futuro mejor, que lejos estábamos de alcanzar con esta ley que llamaron antidespidos».
«Hoy es un día muy especial por el anuncio del Presidente. Quiero mencionar 3 lugares donde hemos resuelto el problema de los despidos: Cresta Roja, Atucha y Tecplata. En esos casos hablamos y hablamos y dialogamos hasta que nos pusimos de acuerdo. Ese es el camino, junto al de la obra pública», dijo Vidal, quien ayer debió soportar durante el anuncio del veto realizado por Macri los insultos de un grupo de manifestantes.
